Hércules y Málaga dejaron para el partido de vuelta la solución a la eliminatoria de Copa del Rey después de empatar sin goles en un partido en el que la ocasión más clara fue un penalti fallado por Portillo para el conjunto alicantino.
La primera mitad del encuentro estuvo falta de intensidad. El control del balón correspondió durante más tiempo al Hércules, pero los acercamiento al área del Málaga fueron escasos y sin apenas suponer una amenaza de gol para la portería defendida por Arnau.
Si el Hércules creo poco peligro, el Málaga aún lo hizo menos. Sólo en un par de lanzamientos de falta que salieron muy altos tuvo opciones reales de batir al guardameta Velthuizen. Los de Jesualdo Ferreira tuvieron alguna opción de salir al contragolpe con velocidad, pero sin criterio ni acierto.
Así las cosas, únicamente los pequeños detalles podían desequilibrar el choque y uno de ellos fue la triangulación entre Cristian, Portillo y Tote que terminó con éste último en el suelo dentro del área, tras caer ante Mtiliga.
El colegiado pitó el correspondiente penalti, pero Portillo no estuvo acertado en el lanzamiento y estrelló el balón en el larguero.
Tras el descanso, el Hércules intensificó su dominio y buscó con algo más de ahínco la portería visitante. De ahí llegó un disparo al larguero de Cristian, que estuvo muy cerca de convertirse en el primer gol.
Drenthe, en un lanzamiento de esquina directo, y en un remate desde dentro del área que salió junto al palo, también acercó el gol al partido antes de que el Málaga, con la entrada de Quincy y Jesús Gámez en el partido volviera a equilibrar el choque.
Tanto fue así que el Málaga fue el que con más peligro se acercó al área rival, en un cabezazo de Fernando y en un par de faltas colgadas al área en las que no salió con excesivo acierto el portero Velthuizen.
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