El Barcelona sumó su decimoquinta victoria consecutiva (0-3) en la Liga y, de paso, vengó la derrota que en la primera vuelta encajó en casa frente al Hércules, en un partido que dominó desde los primeros compases, aunque no sentenció hasta los instantes finales del choque.
Pedro Rodríguez abrió el marcador cerca del descanso y Lionel Messi marcó por partida doble para sentenciar el partido en su recta final, ante un Hércules que apenas le puso en aprietos, para lograr el decimoquinto triunfo consecutivo, igualando el récord del Real Madrid de Alfredo Di Stefano la temporada 1960-61.
El Barcelona tenía la lección aprendida de lo sucedido en el Camp Nou en la segunda jornada de Liga y desde el primer minuto puso cerco a la portería alicantina en busca del gol que abriera el marcador y echara abajo la resistencia del cuadro local.
En un cuarto de hora, Messi, en un par de oportunidades, y Pedro probaron fortuna, pero no acertaron a batir al meta Calatayud; y eso dio pie a que el Hércules fuera fortaleciendo su moral.
Los alicantinos tenían muchas dificultades para tener el balón en sus pies, pero poco a poco supieron frenar mejor las acometidas del Barcelona, que, por su parte, seguía controlando el partido, pero con las ideas menos claras.
Y eso lo aprovechó el Hércules para dar un zarpazo por medio de David Trezeguet, quien en boca de gol remató fuera cuando la grada ya casi cantaba gol.
Los minutos iban cayendo sin que los de Guardiola consiguieran superar la maraña defensiva de los locales, hasta que, por sexto partido consecutivo, apareció Pedro para marcar cuando el primer tiempo tocaba a su fin.
Xavi vio al canario abierto en el área y el canario batió a Calatayud de un fuerte chut. Celebró el gol con rabia, porque el Hércules se le seguía resistiendo al Barcelona como en la primera vuelta.
Tras el descanso, y pese a tener ya ventaja en el marcador, el Barcelona salió a finiquitar el choque. Como en la primera mitad, el dominio azulgrana fue abrumador. Antes de que se hubieran cumplido cinco minutos, David Villa y Xavi rondaron el segundo tanto.
Un gol que llegó a anotar Pedro, aunque le fue anulado por fuera de juego. Y a todo esto, Messi demostraba ganas de marcar, aunque sin fortuna, por mucho que lo intentara de todas las maneras posibles.
El dominio del Barcelona era el habitual en sus partidos y sólo le faltaba concretar sus ocasiones en gol ante un Hércules que ofensivamente sólo asustó en un disparo de Nelson Valdez que capturó Víctor Valdés sin problemas.
Y como sucediera en la primera mitad, el gol del Barça llegó en los últimos minutos y por partida doble. Con el Hércules ya con un hombre menos, por la expulsión de Javier Farinós, Messi encontró el camino del gol, primero en una acción individual, a cuatro minutos del final, y luego tras un centro de Dani Alves, cuando quedaba un minuto para la conclusión.
29 de enero de 2011
26 de enero de 2011
Athletic 3-0 Hércules (2010/2011)
Ya son veinte las veces que el Hércules pasa por La Catedral sin catar el sabor de la victoria. Todas en las que ha cursado visita en el marco de la Liga. Esta vez sucumbió ante el nervio, la constancia y el hambre de que hacen gala los chicos de Caparrós delante de su afición, que celebró el éxito coreando que el Athletic está en Europa. Gracias al concluyente resultado obtenido ayer, así es, figura sexto en la clasificación.
El Athletic continúa explotando a su favor el factor campo y ayer consiguió además convencer a la concurrencia. Había sacado algunos compromisos de modo un tanto apurado, pero no fue el caso ante un Hércules que concentró toda su gracia en el incansable Valdez, mientras el resto se difuminaba o caía en disputas que a nada conducen.
En la pobreza de los argumentos expuestos por los alicantinos sin duda que influye el talante mostrado por el conjunto local, que salió con las ideas muy claras, tanto que le sobró la media hora final. Vamos, que el Athletic hizo su trabajo con suficiencia, sin grandes alardes, al margen de los derivados de la inversión de sudor, aunque intercaló algún detalle que se agradece, como la gestación del segundo gol. Pero la clave, para variar, estuvo en la puesta en escena.
Hay que empezar a buscar alguna razón distinta, incluso a elaborar una teoría al margen de lo futbolístico, si el guión continúa repitiéndose porque por falta de información no puede ser. Las declaraciones llegadas de Alicante a lo largo de la semana arrojan una pista que explicaría al menos lo de anoche: el encanto de San Mamés superó sus expectativas y el Hércules quedó anonadado, tanto que el Athletic, decidido y muy concentrado, le pasó por encima en el inicio y tomó ventaja en el marcador.
Cuesta creer que por falta de aplicación o de intensidad no se replique a lo que podría considerarase como el abecé de la propuesta rojiblanca cuando actúa en su campo. El Racing, que fue el anterior equipo que pasó por Bilbao, salió también dormido y se llevó dos en diez minutos. Ayer sólo cayó uno, asímismo por la vía más previsible, un lance a balón parado, un córner, pero el Athletic puso cerco al área rival con todo su empeño para tratar de liquidar el partido.
Cerca estuvo de sentenciar al desorientado grupo de Esteban. La movilidad de Muniain y Toquero, el toque de David López y la presión del colectivo para imprimir un ritmo de lo más revolucionado, depararon una sucesión de situaciones comprometidas para Calatayud. Hasta el lateral Koikili se sumó al vendaval con dos remates desde el vértice del área. Ofensiva total.
A duras penas, a partir del minuto 20, el Hércules consiguió enfriar la caldera y vivir menos agobiado, pero su respuesta a la desventaja se limitó a un cabezazo picado de Valdez, bien resuelto por Iraizoz. Por lo demás, escasas ideas y menos pericia para apretar a un Athletic que parecía tomar aire de cara al segundo tiempo.
La impresión no iba descaminada: el Hércules, de nuevo gracias a Valdez, contó con su ocasión para meterse en el partido, pero el Athletic mostró una consistencia que aderezó además con una pegada de peso pesado.
Dos más. Primero avisó Toquero, con un remate al larguero, y luego en la mejor acción de la noche, con participación de Orbaiz, Toquero e Iraola, pudo Llorente engordar su estadística. Por si quedaban dudas del cariz que había tomado la contienda, Tiago Gomes destrozó las remotas opciones de los suyos con un inesperado y perfecto pase a Muniain, quien sólo tuvo que cambiar de ritmo, correr en perpendicular y presentarse ante el portero.
Comentar que Esteban tenía prevista una doble sustitución cuando Llorente marcó el 2-0. Se hizo, si bien ya no tuvo incidencia alguna en el devenir del juego. El Athletic dio unos pasos hacia atrás a fin de buscar más alegrías a la contra y de paso propició que el Hércules se consumiese en su impotencia. Trezeguet siguió sin olerla y Valdez, él solo, no pudo, claro. El Athletic, en bloque, fue el dueño del choque de cabo a rabo.
El Athletic continúa explotando a su favor el factor campo y ayer consiguió además convencer a la concurrencia. Había sacado algunos compromisos de modo un tanto apurado, pero no fue el caso ante un Hércules que concentró toda su gracia en el incansable Valdez, mientras el resto se difuminaba o caía en disputas que a nada conducen.
En la pobreza de los argumentos expuestos por los alicantinos sin duda que influye el talante mostrado por el conjunto local, que salió con las ideas muy claras, tanto que le sobró la media hora final. Vamos, que el Athletic hizo su trabajo con suficiencia, sin grandes alardes, al margen de los derivados de la inversión de sudor, aunque intercaló algún detalle que se agradece, como la gestación del segundo gol. Pero la clave, para variar, estuvo en la puesta en escena.
Hay que empezar a buscar alguna razón distinta, incluso a elaborar una teoría al margen de lo futbolístico, si el guión continúa repitiéndose porque por falta de información no puede ser. Las declaraciones llegadas de Alicante a lo largo de la semana arrojan una pista que explicaría al menos lo de anoche: el encanto de San Mamés superó sus expectativas y el Hércules quedó anonadado, tanto que el Athletic, decidido y muy concentrado, le pasó por encima en el inicio y tomó ventaja en el marcador.
Cuesta creer que por falta de aplicación o de intensidad no se replique a lo que podría considerarase como el abecé de la propuesta rojiblanca cuando actúa en su campo. El Racing, que fue el anterior equipo que pasó por Bilbao, salió también dormido y se llevó dos en diez minutos. Ayer sólo cayó uno, asímismo por la vía más previsible, un lance a balón parado, un córner, pero el Athletic puso cerco al área rival con todo su empeño para tratar de liquidar el partido.
Cerca estuvo de sentenciar al desorientado grupo de Esteban. La movilidad de Muniain y Toquero, el toque de David López y la presión del colectivo para imprimir un ritmo de lo más revolucionado, depararon una sucesión de situaciones comprometidas para Calatayud. Hasta el lateral Koikili se sumó al vendaval con dos remates desde el vértice del área. Ofensiva total.
A duras penas, a partir del minuto 20, el Hércules consiguió enfriar la caldera y vivir menos agobiado, pero su respuesta a la desventaja se limitó a un cabezazo picado de Valdez, bien resuelto por Iraizoz. Por lo demás, escasas ideas y menos pericia para apretar a un Athletic que parecía tomar aire de cara al segundo tiempo.
La impresión no iba descaminada: el Hércules, de nuevo gracias a Valdez, contó con su ocasión para meterse en el partido, pero el Athletic mostró una consistencia que aderezó además con una pegada de peso pesado.
Dos más. Primero avisó Toquero, con un remate al larguero, y luego en la mejor acción de la noche, con participación de Orbaiz, Toquero e Iraola, pudo Llorente engordar su estadística. Por si quedaban dudas del cariz que había tomado la contienda, Tiago Gomes destrozó las remotas opciones de los suyos con un inesperado y perfecto pase a Muniain, quien sólo tuvo que cambiar de ritmo, correr en perpendicular y presentarse ante el portero.
Comentar que Esteban tenía prevista una doble sustitución cuando Llorente marcó el 2-0. Se hizo, si bien ya no tuvo incidencia alguna en el devenir del juego. El Athletic dio unos pasos hacia atrás a fin de buscar más alegrías a la contra y de paso propició que el Hércules se consumiese en su impotencia. Trezeguet siguió sin olerla y Valdez, él solo, no pudo, claro. El Athletic, en bloque, fue el dueño del choque de cabo a rabo.
21 de enero de 2011
Sporting 2-0 Hércules (2010/2011)
El Sporting mostró su mejor cara para imponerse al Hércules y obtener tres puntos fundamentales. Tres puntos que permiten a los asturianos acabar la primera vuelta fuera de los puestos de descenso.
Los de Preciado, que salieron mucho más enchufados que el Hércules, ya mandaban en el marcador a los 30 segundos de partido gracias a un gol de Barral. Nacho Cases, que cuajó un partidazo, marcó el tanto de la tranquilidad a la media hora.
Los gijonenses sabían lo que se jugaban hoy y salieron mucho más mentalizados que el Hércules. A morder desde el principio. Eso les valió para adelantarse nada más empezar el partido y, de paso, navegar con el viento a favor durante todo el choque. Si a eso le sumamos que, pese a ir ganando, nunca bajaron el nivel de intensidad, podemos entender la historia de este partido.
El Hércules volvió a tener los mismos problemas que le persiguen en cada partido lejos del Rico Pérez. Encima coincidió que el rival de hoy tenía un hambre fuera de lo normal, especialmente motivado por la idea de acabar la primera vuelta fuera de descenso. Un hecho bueno para el equipo asturiano y, sobre todo, para la cabeza de Preciado.
La primera parte consistió en un asedio de los asturianos a la portería de Calatayud. Pudieron dejar el partido más que sentenciado antes del descanso, pero sólo hicieron dos goles. El primero fue de Barral, que remató un centro de Canella desde la banda para acabar con su sequía goleadora. Es el primer tanto del gaditano esta temporada.
El segundo fue obra del joven Nacho Cases. El chaval, que a principios de temporada no contaba ni para el filial, se reivindicó en el día de su estreno en El Molinón. No sólo hizo un gran partido, sino que firmó el segundo con un disparo durísimo desde fuera del área. Un gol que recordará para siempre.
En la segunda mitad el guión no cambió demasiado. El Sporting, aunque llegó menos, fue mejor que el Hércules y apenas sufrió. Vigo probó con Drenthe para intentar llegar más, pero el holandés tampoco estuvo fino.
Con estos tres puntos el sportinguismo y, en concreto Preciado, puede dormir más tranquilo. En Alicante, en cambio, Vigo tendrá que seguir buscando la forma de volver a ganar un partido a domicilio. Aquel de la jornada 2 contra el Barça queda ya muy lejos.
Los de Preciado, que salieron mucho más enchufados que el Hércules, ya mandaban en el marcador a los 30 segundos de partido gracias a un gol de Barral. Nacho Cases, que cuajó un partidazo, marcó el tanto de la tranquilidad a la media hora.
Los gijonenses sabían lo que se jugaban hoy y salieron mucho más mentalizados que el Hércules. A morder desde el principio. Eso les valió para adelantarse nada más empezar el partido y, de paso, navegar con el viento a favor durante todo el choque. Si a eso le sumamos que, pese a ir ganando, nunca bajaron el nivel de intensidad, podemos entender la historia de este partido.
El Hércules volvió a tener los mismos problemas que le persiguen en cada partido lejos del Rico Pérez. Encima coincidió que el rival de hoy tenía un hambre fuera de lo normal, especialmente motivado por la idea de acabar la primera vuelta fuera de descenso. Un hecho bueno para el equipo asturiano y, sobre todo, para la cabeza de Preciado.
La primera parte consistió en un asedio de los asturianos a la portería de Calatayud. Pudieron dejar el partido más que sentenciado antes del descanso, pero sólo hicieron dos goles. El primero fue de Barral, que remató un centro de Canella desde la banda para acabar con su sequía goleadora. Es el primer tanto del gaditano esta temporada.
El segundo fue obra del joven Nacho Cases. El chaval, que a principios de temporada no contaba ni para el filial, se reivindicó en el día de su estreno en El Molinón. No sólo hizo un gran partido, sino que firmó el segundo con un disparo durísimo desde fuera del área. Un gol que recordará para siempre.
En la segunda mitad el guión no cambió demasiado. El Sporting, aunque llegó menos, fue mejor que el Hércules y apenas sufrió. Vigo probó con Drenthe para intentar llegar más, pero el holandés tampoco estuvo fino.
Con estos tres puntos el sportinguismo y, en concreto Preciado, puede dormir más tranquilo. En Alicante, en cambio, Vigo tendrá que seguir buscando la forma de volver a ganar un partido a domicilio. Aquel de la jornada 2 contra el Barça queda ya muy lejos.
10 de enero de 2011
Hércules 4-1 Atlético (2010/2011)
El Hércules pasó como un vendaval por encima de un ridículo Atlético de Madrid al que goleó en apenas 45 minutos para demostrar que es un equipo que se encuentra mucho mejor cuando juega como local que de visitante (4-1).
El conjunto alicantino dejó el partido visto para sentencia en una brillantísima primera mitad en la que practicó un buen fútbol pero, sobre todo, hizo gala de una efectividad en el remate propia de los grandes de la competición.
El Atlético arrancó el partido con ganas de buscar la portería alicantina, pero se vino abajo con el primer gol del Hércules, obra de un Tote, en un error garrafal de la defensa y portero rojiblanco.
Tote, declarado seguidor del Atlético, se coló en el área y, tras varios rechaces, disparó con la derecha para que el balón entrara entre el palo y un De Gea que no estuvo acertado en esa acción.
El gol tranquilizó a un Hércules que tocó bien en el centro del campo con una facilidad pasmosa y superó una y otra vez al Atlético, que pudo igualar el partido en un centro chut de Filipe Luis.
El Atlético desaprovechó su opción, lo que no hizo el paraguayo n Nelson Valdez que marcó el segundo tanto local con un gran disparo con la zurda desde la frontal que no encontró réplica en De Gea.
El francés Thomert se sumó al festival goleador del Hércules con un espléndido cabezazo a centro de Peña. El centrocampista remató solo entre Godín y Domínguez, los desacertados centrales de los madrileños.
Y para redondear una primera parte mágica para los alicantinos, Trezeguet marcó el gol que siempre anota en los partidos del estadio Rico Pérez y con otro gran remate desde el borde del área rubricó el cuarto tanto, tras una no menos buenas jugada de Tote.
La segunda mitad quedó simplemente para que el Atlético de Madrid intentara lavar su imagen en sus primeros compases, en los que buscó la portería de un relajado Hércules, aunque sin éxito.
Agüero se encontró con el palo en un disparo de falta y Reyes con una buena intervención de Calatayud. El Atlético acabó bajando los brazos y con problemas para no recibir un nuevo tanto en contra, algo que también evitó la madera en un disparo de Fritzler.
Reyes acabó por hacer el gol del honor para los madrileños a falta de dos minutos para la conclusión. El 4-1 sonroja a los rojiblancos, que encajaron la derrota más abultada de la temporada a tres días del derbi copero ante el Real Madrid.
El conjunto alicantino dejó el partido visto para sentencia en una brillantísima primera mitad en la que practicó un buen fútbol pero, sobre todo, hizo gala de una efectividad en el remate propia de los grandes de la competición.
El Atlético arrancó el partido con ganas de buscar la portería alicantina, pero se vino abajo con el primer gol del Hércules, obra de un Tote, en un error garrafal de la defensa y portero rojiblanco.
Tote, declarado seguidor del Atlético, se coló en el área y, tras varios rechaces, disparó con la derecha para que el balón entrara entre el palo y un De Gea que no estuvo acertado en esa acción.
El gol tranquilizó a un Hércules que tocó bien en el centro del campo con una facilidad pasmosa y superó una y otra vez al Atlético, que pudo igualar el partido en un centro chut de Filipe Luis.
El Atlético desaprovechó su opción, lo que no hizo el paraguayo n Nelson Valdez que marcó el segundo tanto local con un gran disparo con la zurda desde la frontal que no encontró réplica en De Gea.
El francés Thomert se sumó al festival goleador del Hércules con un espléndido cabezazo a centro de Peña. El centrocampista remató solo entre Godín y Domínguez, los desacertados centrales de los madrileños.
Y para redondear una primera parte mágica para los alicantinos, Trezeguet marcó el gol que siempre anota en los partidos del estadio Rico Pérez y con otro gran remate desde el borde del área rubricó el cuarto tanto, tras una no menos buenas jugada de Tote.
La segunda mitad quedó simplemente para que el Atlético de Madrid intentara lavar su imagen en sus primeros compases, en los que buscó la portería de un relajado Hércules, aunque sin éxito.
Agüero se encontró con el palo en un disparo de falta y Reyes con una buena intervención de Calatayud. El Atlético acabó bajando los brazos y con problemas para no recibir un nuevo tanto en contra, algo que también evitó la madera en un disparo de Fritzler.
Reyes acabó por hacer el gol del honor para los madrileños a falta de dos minutos para la conclusión. El 4-1 sonroja a los rojiblancos, que encajaron la derrota más abultada de la temporada a tres días del derbi copero ante el Real Madrid.
4 de enero de 2011
Mallorca 3-0 Hércules (2010/2011)
En el justo momento en el que Drenthe llegaba a su domicilio en la Playa de San Juan, escoltado por las fuerzas de seguridad como si de un alto cargo o una estrella de cine se tratara, el Hércules firmaba su sentencia de muerte en el Iberostar Estadi. Dos goles encajados en apenas tres minutos dejaron al equipo del Boquerón herido de muerte ya antes de enfilar el camino de los vestuarios.
Después del empate en Santander, los blanquiazules regresaron a las andadas. Ni un tiro a puerta en los primeros cuarenta y cinco minutos. Y así es complicado sacar algo positivo lejos de casa. Sólo hubo noticias del ataque cuando Cristian pisó el césped. Pero fue demasiado tarde porque el Mallorca ya había hecho todo el trabajo.
La puesta en escena no fue la mejor. Calatayud tuvo que sacar lo mejor de sí para evitar el primero de la tarde. Su despeje en el primer minuto dio la vida al equipo. Sacó magistralmente un cabezazo de Webó en el primer palo. Después el barullo que se formó el área fue bien resuelto por la zaga blanquiazul.
El primer minuto de juego del nuevo año elevó la tensión. El Mallorca evidenció su ansia por acabar con la mala racha que le persigue en Liga. Después de tres derrotas consecutivas, el equipo de Laudrup metió la quinta marcha desde el pitido inicial. Pereira y Webó llevaron de cabeza a la zaga blanquiazul. El jugador francés del Mallorca ensayó un eslalon en una acción personal pero se quedó sin ángulo para el remate final. Antes marcó un gol que fue anulado por un justo fuera de juego después de otro rechace de Calatayud tras un remate de Nsue, que se metió solo hasta plantarse delante del meta blanquiazul.
El Hércules tuvo alguna opción para sorprender al contragolpe. Kiko Femenía intentó hacer daño por su banda. Apenas lo consiguió en un par de ocasiones, en combinación con Cortés. Pero el balón no llegó nunca en condiciones ni a Valdez ni a Trezeguet.
El conjunto alicantino resultó demasiado inofensivo. Recordó al de tardes aciagas como la de Pamplona o Getafe. Sufrió en exceso en defensa y finalmente los insulares consiguieron perforar la meta de Calatayud. Otra vez a balón parado el equipo alicantino evidenció sus debilidades. De Guzmán ejecutó desde la frontal después de un par de cabezazos frustrados de sus compañeros. Calatayud no acertó a atrapar el esférico y Nsue ejecutó a placer.
Una vez abierta la veda, la movilidad de los atacantes locales resultó letal para el equipo del Boquerón. Apenas tres minutos después, Webó y Casadesús se fabricaron una pared dentro del área que finiquitó el mallorquín con cierta comodidad ante la indolencia defensiva. Con el 2-0, el partido quedó listo para sentencia.
La segunda parte comenzó con el inesperado cambio de Sergio por Abraham Paz, que no pudo seguir por problemas físicos. Pero lo peor estaba por llegar. En un contragolpe, Pereira volvió a dejar en evidencia a la zaga blanquiazul.
Sólo la entrada de Cristian impuso algo de cordura. Fritzler y Abel Aguilar no ofrecieron el nivel esperado. El equipo sigue echando de menos a un líder que haga jugar a sus compañeros. Y ayer Cristian asumió ese rol. Quizás ya fue demasiado tarde. De sus botas partieron las únicas cuatro opciones. Ni Valdez ni Trezeguet acertaron. Y otra vez la derrota resulta sonrojante. El año comienza con un nuevo despropósito.
Después del empate en Santander, los blanquiazules regresaron a las andadas. Ni un tiro a puerta en los primeros cuarenta y cinco minutos. Y así es complicado sacar algo positivo lejos de casa. Sólo hubo noticias del ataque cuando Cristian pisó el césped. Pero fue demasiado tarde porque el Mallorca ya había hecho todo el trabajo.
La puesta en escena no fue la mejor. Calatayud tuvo que sacar lo mejor de sí para evitar el primero de la tarde. Su despeje en el primer minuto dio la vida al equipo. Sacó magistralmente un cabezazo de Webó en el primer palo. Después el barullo que se formó el área fue bien resuelto por la zaga blanquiazul.
El primer minuto de juego del nuevo año elevó la tensión. El Mallorca evidenció su ansia por acabar con la mala racha que le persigue en Liga. Después de tres derrotas consecutivas, el equipo de Laudrup metió la quinta marcha desde el pitido inicial. Pereira y Webó llevaron de cabeza a la zaga blanquiazul. El jugador francés del Mallorca ensayó un eslalon en una acción personal pero se quedó sin ángulo para el remate final. Antes marcó un gol que fue anulado por un justo fuera de juego después de otro rechace de Calatayud tras un remate de Nsue, que se metió solo hasta plantarse delante del meta blanquiazul.
El Hércules tuvo alguna opción para sorprender al contragolpe. Kiko Femenía intentó hacer daño por su banda. Apenas lo consiguió en un par de ocasiones, en combinación con Cortés. Pero el balón no llegó nunca en condiciones ni a Valdez ni a Trezeguet.
El conjunto alicantino resultó demasiado inofensivo. Recordó al de tardes aciagas como la de Pamplona o Getafe. Sufrió en exceso en defensa y finalmente los insulares consiguieron perforar la meta de Calatayud. Otra vez a balón parado el equipo alicantino evidenció sus debilidades. De Guzmán ejecutó desde la frontal después de un par de cabezazos frustrados de sus compañeros. Calatayud no acertó a atrapar el esférico y Nsue ejecutó a placer.
Una vez abierta la veda, la movilidad de los atacantes locales resultó letal para el equipo del Boquerón. Apenas tres minutos después, Webó y Casadesús se fabricaron una pared dentro del área que finiquitó el mallorquín con cierta comodidad ante la indolencia defensiva. Con el 2-0, el partido quedó listo para sentencia.
La segunda parte comenzó con el inesperado cambio de Sergio por Abraham Paz, que no pudo seguir por problemas físicos. Pero lo peor estaba por llegar. En un contragolpe, Pereira volvió a dejar en evidencia a la zaga blanquiazul.
Sólo la entrada de Cristian impuso algo de cordura. Fritzler y Abel Aguilar no ofrecieron el nivel esperado. El equipo sigue echando de menos a un líder que haga jugar a sus compañeros. Y ayer Cristian asumió ese rol. Quizás ya fue demasiado tarde. De sus botas partieron las únicas cuatro opciones. Ni Valdez ni Trezeguet acertaron. Y otra vez la derrota resulta sonrojante. El año comienza con un nuevo despropósito.
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