El Hércules obtuvo el premio a su ambición y acabó remontando el partido en apenas diez minutos. Los alicantinos no perdieron la cara al duelo y después de buscar el tanto durante los 76 minutos que fueron por debajo en el marcador, regresaron a la senda de la victoria por medio de Farinós y Trezeguet.
Los maños completaron un duelo aceptable, pero se encontraron un gol a favor en los primeros compases del partido y se dedicaron más a destruir el juego rival que a pensar en un posible nuevo tanto con el que matar el duelo.
El héroe de la cita fue Javier Farinós. El fútbol fue justo con el capitán del Hércules, que volvió a ser titular tras superar las lesiones que le han mantenido fuera de los terrenos de juego durante una larga temporada. Con el recuerdo de ser una pieza clave en el ascenso, el valenciano volvió por sus fueros y tiene todavía tiempo para triunfar con el conjunto alicantino en la Liga BBVA.
Cuando los de Esteban Vigo se topaban una y otra vez con la zaga maña, el medio del Hércules se sacó un duro zapatazo desde unos 35 metros que se coló por la escuadra derecha de la meta defendida por Leo Franco. Uno de los goles de la jornada en un momento vital para los locales.
Aquí no acabó el repertorio de Farinós sobre el césped. Mientras ambos conjuntos luchaban por los tres puntos y el duelo estaba más abierto que nunca, el capitán demostró tener la cabeza fría para poner un balón perfecto sobre Trezeguet a la espalda de Jarosik. Contini habilitó al galo reculando su posición y el delantero francés terminó controlando el cuero con el pecho y fusilando a un Leo Franco que poco pudo hacer para evitar el tanto que condenó a los de Aguirre.
Mucho antes de que Farinós diera una nueva alegría a la afición del Rico Pérez, el Zaragoza se mostró como un equipo trabajado, serio en defensa pero sin demasiada ambición o sin la capacidad para matar un partido que se le puso de cara desde el principio.
Aguirre volvió a dar entrada a Boutahar en la banda para aprovechar su calidad y Braulio fue el referente en punta para pelear con los centrales rivales. El holandés no tardó en sacar el guante y a los cuatro minutos puso un balón en el corazón del área para que el punta canario sorprendiera a la zaga local. El Zaragoza se las prometía muy felices al ver que el marcador que reinaba en el electrónico se sumaba a la racha de resultados en las últimas fechas, pero las cosas no son como empiezan, si no como acaban.
Con el duelo en contra, el Hércules abrió más el campo, Kiko Femenía se alió con Cortés por la derecha pero no tuvo mucha fortuna en los centros al área, Thomert puso en apuros a Diogo y Tote daba sentido al juego local cada vez que controlaba el balón en zona de tres cuartos de campo junto a Tiago.
Todo ésto contrastaba con los intentos de Ander y Boutahar por conectar con Braulio, pero la voluntad y el derroche físico del punta no fue suficiente para volver a superar a Sergio Rodríguez y a Pamarot. Los de Esteban Vigo no sacaron más resultados debido a la presencia de Ponzio en la medular. El argentino no cesó de recuperar balones y abarcó buena parte de la zona de creación para demostrar que es una pieza fundamental en el Zaragoza.
Finalmente, hasta los últimos hechos ya mencionados, el Zaragoza dejó pasar los minutos de la mejor manera posible, N'Daw se estrenó con la camiseta del conjunto aragonés, Sinama poco pudo hacer en la punta de ataque tras sustituir a Braulio y Bertolo no tuvo fortuna por la izquierda. El Hércules también movió el equipo, pero cosas del destino, la gloria estaba reservada para los que se habían esforzado durante todo el duelo y para los que más lo necesitaban, Farinós por el sufrimiento que ha pasado y Trezeguet por las críticas de las últimas jornadas como consecuencia de su racha goleadora.
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