El Hércules va a sufrir de aquí a final de temporada. Eso es seguro. Se salvará o no, pero lo de mantenerse en Primera sin apuros se tendrá que dejar para otra temporada. Y lo peor no fue que ayer dejó escapar una victoria que habría hundido al Almería y le habría permitido respirar antes del partido del Bernabéu. Lo realmente preocupante es que el equipo se descompone. Ocupa plaza de descenso por primera vez en todo el año y los rivales siguen ganando. Mientras muchos van hacia arriba, el equipo blanquiazul va en caída libre. La moral del equipo y la afición queda muy tocada para las próximas finales. Y además, lo peor de todo, es que Tote, uno de los pocos que genera fútbol en el Hércules, probablemente haya dicho adiós a la temporada. Ojalá que no. Lo único a lo que agarrarse son los regresos de Valdez y Drenthe, que deben mejorar el equipo sí o sí.
Y no es que ayer el Hércules realizara el peor partido de la temporada en el Rico Pérez. Con sus armas, el equipo de Esteban fue acorralando al Almería y pudo adelantarse en la primera mitad en un par de acciones de Aguilar y Tote. Nada más comenzar la segunda mitad, el balón parado funcionó y del agobio se pasó a la esperanza. Trezeguet tuvo la suya para sentenciar pero la mandó a las nubes. Y ahí se lesionó Tote, se hizo el silencio en el Rico Pérez y el Hércules se cortocircuitó. Feghouli y M'bami le dieron la vuelta a la tortilla y el estadio explotó pidiendo incluso la cabeza de Esteban Vigo.
La situación es muy delicada para el Hércules. Hay tiempo para remontar el vuelo y calidad de sobra para sacar esto adelante. Pero hay que cambiar la dinámica negativa que puede hundir al equipo en la clasificación. No es el Bernabéu la mejor plaza para llevar esto a cabo. Pero alguien debe hacer una reflexión profunda de lo que está pasando. Y más urgente aún, alguien debe avisar a la plantilla de que quedan 11 partidos para arreglar una situación que puede cambiar la historia de este club.
Desenlace. Todo acabó fatal para el Hércules pero, de entrada, tomó el mando, sabedor de que le iba la vida en este partido. A base de las asociaciones de Aguilar, Cristian y Tote y las cabalgadas con más eficacia que elegancia de Thomert, el Hércules fue acorralando al Almería. El propio francés tuvo la primera ocasión, tras una serie de rebotes, que acabó con un cabezazo suyo fuera. A continuación, Tote dejó solo a Aguilar en el área pequeña, pero el colombiano remató fuera de cabeza, cuando le daba tiempo a pararla y remachar a Alves. El Hércules pidió además un penalti a Tote pero la oportunidad más clara del primer acto fue para Vargas que no aprovechó un jugadón de Luna por la banda izquierda. Calatayud detuvo bien.
Tras el descanso, al Hércules se le puso todo de cara con el gol de Abraham Paz que remató a la red, de cabeza, un gran servicio de falta de Farinós. Aguilar la tuvo tres minutos después pero no acertó con el gol tras un buen centro de Pulhac desde la izquierda. Pero la clave estuvo en el minuto 64. Tote se inventó un pase genial por encima de la defensa que dejó solo a Trezeguet ante Alves. El francés remató de zurda, de primeras. Pero el balón se fue por encima del larguero del guardameta brasileño del Almería.
Merodeaba el gol de la tranquilidad para el Hércules. Sobre todo, porque Tote parecía dispuesto a inventar algo que sentenciara al Almería. Pero en ese preciso instante, un mal apoyo y lesión de rodilla que dejó helado al Rico Pérez. Crusat aprovechó la inferioridad para ganarle la partida a Cortés, por velocidad, llegar a la línea de fondo y dar el pase de la muerte. Ulloa, primer destinatario, le dio al aire y el balón quedó franco a los pies de Feghouli, que no perdonó. En plena caraja blanquiazul, Goitom le volvió a robar la cartera a Cortés. Jugada calcada, aunque con algo más de dificultad. Goitom centró y M'bami voleó con el interior a la red de Calatayud. El Hércules ya no se levantó del golpe. Incluso el Almería pudo aumentar la renta por medio de Feghouli, de nuevo, y con otra ocasión de Goitom.
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