25 de abril de 2011

Hércules 0-1 Deportivo (2010/2011)

El Hércules consiguió una agónica victoria (1-0) que le permite mantener el sueño de la permanencia en Primera División frente a un Deportivo que sólo buscó con ahínco la meta local en los últimos instantes, en los que pudo lograr el empate.

El triunfo alicantino estropeó el partido cuatrocientos de Miguel Ángel Lotina, técnico del Deportivo, como entrenador en Primera División y complica un poco al conjunto gallego en la clasificación.

El Deportivo arrancó el partido más entonado que un Hércules atenazado por los nervios, pero que mejoró con el paso de los minutos hasta pasar a controlar el choque.

No obstante, salvo un cabezazo de Xisco que obligó a intervenir al meta Calatayud en una falta lateral y una internada de Peña en el área visitante que cortó Lopo, las ocasiones brillaron por su ausencia.

Lo que sí que hubo fue mucha polémica en la primera mitad. A los 33 minutos, Drenthe superó a Manuel Pablo y cayó en el área. Los jugadores del Hércules pidieron penalti y los del Deportivo una tarjeta amarilla al holandés, que habría sido la segunda y, por lo tanto, la expulsión. El colegiado no pitó ni una ni otra cosa.

Tras el descanso, el Hércules incrementó su dominio ante un rival que se limitaba a esperar un contragolpe que no encontraba. Así, el conjunto alicantino se hizo el dueño del balón y buscaba con paciencia e insistencia el camino del gol.

Éste acabó por llegar al cuarto de hora de la reanudación. El internacional español sub''21 Kiko Femenia, el jugador más incisivo de los alicantinos, se coló en el área, llegó hasta la línea de fondo y centró para que Tiago Gomes cabeceara el 1-0.

Tras el tanto, el Deportivo intentó tener más el balón en su poder, pero sin excesiva mordiente ya que, cuando llegaba a las inmediaciones del área no tenía ideas para superar la línea defensiva local.

A falta de un cuarto de hora para la conclusión, Lotina dio entrada a Adrián por Rubén Pérez y el delantero probó fortuna nada más entrar con un remate de volea que se le fue fuera.

Sin embargo, el que estuvo realmente cerca fue el segundo tanto alicantino. Cuando más dominaba el Deportivo, el Hércules malogró la oportunidad más clara del choque. Trezeguet remató a las nubes un balón de Rufete cuando estaba solo dentro del área.

Aunque el conjunto gallego no bajó los brazos. En un par de oportunidades subió el portero Aranzubia en busca de un cabezazo salvador, Lassad tuvo el suyo que también pudo ser gol y Calatayud evitó un tanto desde la larga distancia ya con el tiempo cumplido.

18 de abril de 2011

Levante 2-1 Hércules (2010/2011)

Dijo Djukic que el Hércules iba al Ciutat de València con el cuchillo entre los dientes. Y al final resultó que lo utilizó para arrancarse las entrañas a sí mismo. Se hizo el harakiri el equipo alicantino casi de manera inexplicable en una jornada que puede resultar condenatoria.
El horizonte se oscurece. Cada vez es más negro. Y no parece que pueda haber vuelta
atrás. Otra vez el equipo alicantino ofreció una paupérrima imagen a domicilio. Antes de alcanzar el minuto cinco, ya perdía y después, nunca tuvo opciones para remontar. Ni siquiera el tanto de Trezeguet, cuando buena parte de la afición blanquiazul abandonaba el Ciutat de València a diez minutos del final, hizo al conjunto blanquiazul creer en sus posibilidades. Ni rastro de aquel bloque que ganó en Anoeta. La derrota contra el Levante deja detalles que sólo invitan a la preocupación. El margen de maniobra se reduce a cero. Quedan 18 puntos por disputar y Djukic necesita que su equipo sume doce para obrar el milagro de la permanencia, cada vez más lejano.

El técnico serbio sorprendió a propios y extraños con la inclusión en el once de Pulhac. Dejó a Peña en el banquillo por decisión técnica. Como era de prever, Fritzler ocupó la medular con Abel Aguilar sin demasiada fortuna. No funcionó la máquina. Aparecieron los fantasmas del pasado más reciente. Drenthe no compareció y Kiko apenas pudo prodigarse. Nadie asumió la responsabilidad; nadie quiso el balón ni supo cómo hacer jugar al equipo. El resultado fue que el Levante campó a sus anchas y bailó al son que le apeteció durante casi los noventa minutos.

El Hércules regaló el partido; se le olvidó competir. No inquietó ni una sola vez la meta de Munúa, que vivió como si fuera un espectador más. Sólo un intento de remate de cabeza de Abel Aguilar, dentro del área, acabó con las protestas por un supuesto empujón de Ballesteros. Pidió penalti el colombiano, pero González González no dudó ni un instante.

Y menos mal que Calatayud se empleó con acierto, sobre todo en el primer acto, para evitar un castigo mayor. El gol de Rubén Suárez no hizo más que confirmar la superioridad granota. Porque en apenas cuatro minutos el portero blanquiazul ya había despejado un balón a córner. Después, evitó el segundo con una mano milagrosa que mandó a saque de esquina otro disparo de Rubén. La presencia del ex del Elche fue una auténtica pesadilla para Calatayud. No marcó él, pero sí lo hizo Juanlu, tras una buena combinación con Valdo, aprovechando el desconcierto defensivo del Hércules.

Los goles obligaron a los alicantinos a tener que buscar la épica en la reanudación.
Sin embargo, el técnico Miroslav Djukic no varió el planteamiento de su equipo. La segunda mitad empezó con la misma dinámica de la primera y sin que el Hércules diera la impresión en los primeros diez minutos de necesitar marcar para no perder. Al
partido le faltó intensidad.

El conjunto blanquiazul no se mostró ofensivo y el Levante alzó el pie del acelerador. Entonces llegaron los cambios con la entrada de Caicedo en el equipo valenciano y Trezeguet por el lado visitante. Sólo un gol del equipo alicantino podía dar emoción al partido, pero le faltó ambición y también cordura para saber cómo hacer daño a los granotas.

La primera permuta llegó casi al cuarto de hora de la segunda mitad. Portillo, que no tuvo ni una opción para marcar, dejó su lugar a Trezeguet. Media hora tuvo el campeón de mundo francés y la aprovechó. Aunque su tanto no sirvió finalmente para nada, cambió por unos minutos las sensaciones. El equipo de Djukic buscó la meta de
Munúa. Eso sí, más por inercia que por convencimiento. Metió el miedo en el cuerpo a la grada e hizo enfurecer a García Plaza.

Pero no llegó el tanto de empate. El meta granota frustró un remate de Thomert, que aguardaba en el segundo palo un centro desde la derecha, y después atrapó sin problemas el disparo demasiado flojo de Fritzler desde la frontal. Imposible enmendar tantos despropósitos en apenas diez minutos. Cuando se encendió la bombilla, ya no hubo tiempo para más.

El tiempo corre en contra de los blanquiazules. El Hércules perdió la solidez defensiva, la ambición y todo lo que le permitió ganar a la Real en el debut del serbio. Ahora se encomienda a un milagro con la vista puesta en lo que pueda hacer esta noche el Zaragoza en El Madrigal. Sólo quedan seis jornadas y la permanencia esta a tres puntos, pero puede ponerse a cuatro o seis -en el peor de los casos- si los maños consiguen puntuar o ganar al Villarreal.

11 de abril de 2011

Hércules 0-0 Espanyol (2010/2011)

Hércules y Espanyol empataron sin goles esta tarde en el estadio Rico Pérez y sumaron a su casillero un punto que parece insuficiente para alcanzar el objetivo de la permanencia, en el caso de los alicantinos, y de conseguir una plaza europea, en el de los barceloneses. El Espanyol arrancó el partido mejor que el Hércules y fue el que tuvo el control del balón los primeros minutos, aunque su dominio no se transformaba en ocasiones de gol ante la portería de Calatayud.

Al Hércules le costó un cuarto de hora disparar por primera vez sobre la meta de Kameni -un tiro flojo de Kiko-, pero sí que se quitó un poco el dominio del equipo de Mauricio Pochettino. Eso sí, de forma directamente proporcional al mayor control del Hércules, el Espanyol empezó a encontrar más huecos en la línea defensiva local. Especialmente por la banda derecha del ataque, desde donde, a los 25 minutos, Galán puso un preciso centro que Osvaldo remató de tacón y no se convirtió en gol porque Calatayud lo impidió con una gran estirada.

La parada de su portero espoleó a un Hércules que, instantes después, tuvo en las botas de Portillo un par de ocasiones, una de las cuales la evitó con una gran intervención el meta Kameni. El partido se equilibró, al mismo tiempo que también surgieron los nervios y pequeñas fricciones entre jugadores. Pero justo antes del pitido del final de la primera parte, tuvo lugar una jugada para la polémica, en una caída de Drenthe ante Galán que el colegiado no consideró penalti favorable al Hércules. La siguiente jugada para la polémica llegó en el arranque de la segunda mitad y en esta oportunidad el damnificado fue el Espanyol, que vio cómo le anulaban un gol a Osvaldo por un supuesto fuera de juego del argentino, que había batido con habilidad a Calatayud tras un preciso pase de Verdú.

Pero en la segunda mitad el dominio correspondía al Hércules, que probaba a Kameni con cierta insistencia y se encontró a los 65 minutos con un remate de Valdez al larguero, tras un buen centro de un incisivo Drenthe. El conjunto de Djukic dominaba, pero fue perdiendo fuelle en ataque y ni siquiera la entrada de David Trezeguet en el campo le reavivó. Lo del equipo alicantino se convirtió en un querer y no poder ante un Espanyol que apenas creaba ocasiones pero, cuando merodeaba el área local, lo hacía con sensación de peligro.

El Hércules no tenía fuerzas para llegar al área de Kameni y el Espanyol daba por bueno el empate a cero, como lo confirmó Pochettino con sus cambios en los últimos minutos del choque. Finalmente, el partido murió sin más ocasiones y con un reparto de puntos que debe saber a poco a los dos conjuntos.

3 de abril de 2011

Real Sociedad 1-3 Hércules (2010/2011)

El Hércules logró un triunfo en el estadio de Anoeta (1-3) que le puede dar alas en su lucha por la permanencia, ante una Real Sociedad a la que se le ha hecho muy larga la última parte de la temporada y se ha metido en serios problemas.

El conjunto levantino quiso agradar a su nuevo técnico, un Miroslav Djukic que pudo finalmente sentarse en el banquillo, y desde el pitido inicial cercó a los donostiarras con un Drenthe estelar, mostrando su calidad después de las críticas que ha padecido durante buena parte de la temporada.

El Hércules mostró el nivel que ya se presumía, el que ha tenido oculto durante una buena parte de la Liga y que, de haber mostrado en otros encuentros, le habría evitado pasar los apuros actuales.

Estuvo cerca de marcar el once alicantino a los 20 minutos en un cabezazo de Juanra que paró con acierto por Claudio Bravo. Valdez tendría instantes después otra oportunidad de gol que nuevamente Bravo resolvió con acierto.

La Real despertó en el tramo final del primer tiempo y en un minuto loco, el 38, condensó todo su fútbol de ataque del partido con remates consecutivos de Aranburu, Zurutuza y Mikel González que llevaron mucho peligro.

Griezmann tuvo en sus botas la mejor oportunidad en el minuto 44, pero se encontró enfrente con Calatayud cuando la grada cantaba el gol.

El choque se trabó en el segundo tiempo, con exceso de respeto por ambas partes y un quiero y no puedo en los últimos metros que abocó a un final de ruleta rusa en el que podía pasar cualquier cosa.

Y pasó lo que temía toda la grada donostiarra. En una contra, Kiko puso un balón medido a la cabeza de Portillo y éste remató sin oposición para adelantar a su equipo.

Drenthe mantuvo las esencias de su fútbol hasta el final y, con un fondo físico relevante, metió primero el 0-2 cuando la Real se descomponía y luego un gran tercer gol en los últimos segundos.

El uruguayo Ifrán maquilló el marcador con todo decidido.