El Hércules se ha despedido hoy de la Primera División con un empate frente al Sporting de Gijón (0-0) en el estadio Rico Pérez, en un partido que estuvo marcado por las protestas de los aficionados locales contra su directiva.
El Sporting presentó una alineación plagada de jugadores poco habituales, desde la portería hasta el ataque, mientras que la del Hércules se parecía mucho más a la de las últimas jornadas, salvo en la meta, donde Unai Alba tuvo la oportunidad de despedirse de la afición.
El Hércules se hizo con las riendas del choque desde los primeros instantes y tuvo en Javier García Portillo al futbolista que más lo intentó de cara a la meta rival, especialmente en los primeros minutos, aunque sin mucha fortuna.
Hasta en cuatro oportunidades llegó a buscar el gol el delantero de Aranjuez, mientras que el Sporting apenas tuvo el balón en sus pies y mucho menos llegó al área alicantina. Un disparo de falta de Ayoze, en el minuto 29, que se fue por encima de la portería herculana fue la mejor opción del conjunto asturiano para marcar.
Mientras, el Hércules llegó a marcar a los 33 minutos, pero el colegiado anuló el tanto por un teórico fuera de juego de Trezeguet, quien remató un preciso centro de Kiko.
El partido, en realidad, se jugaba más en la grada, donde se sucedían las protestas de los aficionados herculanos contra la directiva del club.
En la segunda mitad el Sporting estuvo algo más ambicioso, aunque casi más por errores del propio Hércules que por aciertos suyos. Y es que tras un clamoroso fallo de Pamarot, David Barral se quedó solo ante el meta Unai Alba, quien evitó que la mejor ocasión de la tarde acabara en gol.
El Hércules seguía llevando el peso del encuentro, pero el conjunto asturiano le generaba más problemas en defensa. El conjunto alicantino lo intentaba, pero sin encontrar rematador.
Un disparo de Portillo mediado el segundo periodo y otro de Tiago Gomes a cinco minutos del final volvieron a ser lo más peligroso de un Hércules con intención pero sin opciones realmente claras de marcar.
El Sporting era un mero convidado que sólo aparecía en ataque cuando el Hércules cometía algún error de bulto, porque no es que se acercara a la meta de Unai Alba en muchas ocasiones por méritos propios.
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